Aleyda Gutiérrez y Lin Mendivil
Jorge Pesqueira Leal no solo es un profesional del Derecho y un académico con más de cuatro décadas de trayectoria, tiene una vida dedicada a sembrar la cultura de paz en el mundo, mediante acciones personales e institucionales, así como la creación de instituciones para realizar obras benéficas para niños, adolescentes y adultos. Trabajo que ha rendido frutos y le ha dado muchas satisfacciones.
El profesor de tiempo completo de esta casa de estudios es Licenciado en Derecho, Maestro en Políticas de Seguridad Pública, Doctor en Derecho, en Sociología y también en Criminología, se ha especializado en Mediación, Antropología Criminal y en Psicoterapia Familiar Sistémica entre otras disciplinas.
Pesqueira Leal también es presidente del Instituto de Mediación en México, S.C. y Precursor de la Justicia Restaurativa y Mediación en México. Desde pequeño miró las diferencias sociales y se cuestionó el porqué de las fronteras y el comportamiento que con frecuencia se suele realizar afectando con ello la integridad de los seres humanos.
A los cuatro años de edad entró a la escuela primaria, y a los 15 años ya estudiaba en la Universidad de Sonora.
Platica que fue un ávido lector en la preparatoria. “Antes de ingresar a la Universidad había leído distintos autores y en particular uno llamó siempre mi atención: Friedrich Nietzsche. Quedé cautivado por su perfil que contradecía los principios de una familia conservadora a la que yo pertenecí y pertenezco, al extremo de que en muchas ocasiones hincado recorrí de la puerta de la iglesia al altar para pedir por las personas que tanto sufren.
“Llegué a una universidad pública, palpitante, siempre generando condiciones que he querido sucedan o continúen pasando, sobre todo por la juventud pujante”, destaca el autor de estudios de Filosofía, Sociología y Derecho, difundidos en España, Argentina y México.
Tuvo excelentes docentes, pero señala que como parte de su formación le hubiese gustado más conexión entre el conocimiento del Derecho y la realidad palpitante y sangrante de la sociedad.
A los 20 años, después de titularse como abogado partió a la Universidad Complutense de Madrid y regresó a Hermosillo con dos doctorados uno en Criminología y otro en Sociología.
“En el ámbito del Derecho mi vida ha sido plena, en el ámbito de la docencia y del activismo comunitario puedo decir que también; hasta ahora, todo lo que ingenio se convierte en realidad; pero claro, la deuda que siento y que experimento dese aquel tiempo, está acá, en mi corazón”, dice al tiempo que pone la mano en su pecho.
Reconocido por sus aportes y trayectoria
El docente y filántropo Jorge Pesqueira, nacido en Cananea, Sonora, recientemente fue reconocido por su trayectoria profesional, académica y benéfica en obras sociales con el grado Honoris Causa por la Universidad Real Mayor y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, la más antigua en América del Sur.
En solemne ceremonia pública, realizada el pasado 4 de agosto, las autoridades de dicha institución educativa lo honraron con este nombramiento donde recibió una placa, una medalla y se convirtió así en un miembro más de la institución educativa ubicada en Sucre, Bolivia.
Indica que para las personas que se dedican a la investigación, la docencia o que publican contenidos originales que vienen a hacer diferencia y a generar para la sociedad en su conjunto un avance, un reconocimiento como este es algo muy significativo y un aliciente extraordinario, sobre todo, cuando la institución que lo provee es de prestigio nacional e internacional.
“A lo largo de estos años ha sido una dedicación plena a todas las actividades que he emprendido y debo decir que más allá del tema material, buena parte de mi vida la he dedicado a dar a mis semejantes, siempre con esa filosofía de no esperar recibir nada a cambio, y no esperaba recibir nada a cambio y ahora soy un miembro más de la comunidad de la Universidad Real Mayor y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, la universidad pública más grande de ese país.
“La ceremonia fue muy solemne porque te remonta a 1624, por el espacio físico maravilloso donde se llevó a cabo; sientes que tu corazón se sale del pecho, porque más allá de la apariencia, con la vestimenta que ingresas, está la arquitectura de la época y la formalidad con la que se lleva a cabo”, expresa.
Comenta que ha tenido la fortuna de recibir muchos reconocimientos ya sea en documentos, en placas o en medallas, que son dadas por instituciones públicas o educativas, pero que este doctorado Honoris Causa es un pedestal que considera el más elevado al que puede aspirar, “sería algo así como el premio nobel de los docentes y los investigadores”, dice.
Enterarse de este reconocimiento fue para él algo estremecedor, “sentí una emoción indescriptible, inefable, no hay manera de utilizar verbalmente las palabras que genera ese estado o condición, que es explosivo y maravilloso, es algo que queda como una huella imborrable en tu vida. Este nombramiento lo llevaré en mi corazón a lo largo del resto de mi existencia”.
En el marco del Congreso Mundial de Mediación, evento impulsado por el mismo académico, se dio el acto solemne de declaratoria en el que el presidente del Instituto Nacional de México y docente de la Universidad de Sonora recibió la distinción de manos de las autoridades de la universidad de Bolivia.
Teoría y práctica lo hacen un profesional más completo
Jorge Pesqueira ya suma 45 años de trayectoria profesional, y menciona que desde los 23 años que regresó de prepararse académicamente en España ha dedicado su vida a la docencia, la investigación y al ejercicio de la profesión.
“He sido muy afortunado, mi oficina es de las más importantes del Noroeste de México. Los abogados ahí son personas muy talentosas y los conflictos muy complejos”, indica el también conferencista nacional e internacional.
Gran parte de su vida laboral ha sido como académico en la alma mater sonorense a la que se refiere como una parte muy importante en su vida e incluso menciona como “su madre”, porque después de su madre biológica, esta casa de estudios es la que encendió en él la pasión por lo que hace.
Considera que combinar la práctica con la teoría hace aún más completo al profesional que se dedica a la docencia. “Yo actualmente imparto Derecho Penitenciario, y desde el año 2004 soy presidente del Patronato de Reinserción Social del Estado de Sonora; es decir, trabajamos en los 13 centros del estado y llevamos a cabo programas de tratamiento, donde la Universidad de Sonora tiene un rol protagónico y significativo con preparación académica y otras acciones”.
A los alumnos, como parte de su evaluación, les asigna a dos personas privadas de la libertad, con la misión durante el semestre de que lo que van aprendiendo lo apliquen en hacer los trámites para que estas personas que ya tienen derecho a una libertad condicionada o anticipada lo puedan lograr, reveló.
El Derecho
Pero ¿qué lleva a Jorge Pesqueira Leal a estudiar Derecho?
La injusticia social, dice. “Desde muy pequeño tuve la fortuna de crecer en una familia en condiciones bastante holgadas en lo material, la intención familiar era que estudiara Negocios en la Universidad de Arizona, y algo me movió en un cierto momento y quise ingresar a una universidad pública, con la esperanza de que en el interior pudiera yo encontrar una respuesta a qué hacer para sacar de la condición de lastre en la que se encuentran tantos seres humanos.
“Lamentablemente, a pesar de que he llevado a cabo esfuerzos a lo largo de mi vida, miro un horizonte nada claro, pero en lugar de sentarse, uno debe ser muy activo y hasta el último momento de vida, obrar, operar, intentando que este mundo sea mejor”, indica.
Como estudiante de Derecho en la Universidad de Sonora, campus Hermosillo, fue uno de los impulsores, junto con docentes y otros alumnos, de la creación del bufete jurídico gratuito que se consolidó en 1973 y, a la fecha, continúa dentro de las instalaciones al servicio de la ciudadanía.
“Siendo estudiante tuve la experiencia de comenzar con algunos esfuerzos, como crear la residencia de integración humana para alcohólicos y débiles mentales que deambulaban por las calles, poco después nace Casa de los Niños, en tiempos en los cuales lo que pasaba dentro de una casa se quedaba ahí, el Estado no se atrevía a tomar decisión sobre la violencia en la familia”, comparte.
El docente revela que los cinturones de miseria son un elemento que en lo personal le ha generado un impacto muy fuerte, y que aún lo cimbra el hecho de mirar cómo es que el entorno no provee a sus comunidades de las mínimas condiciones para el desarrollo armónico y pleno al que tienen derecho.
Señala que aún se sigue cuestionando estas cosas y que procura hablar sobre esto con los jóvenes estudiantes y en distintos contextos, donde expresa que la Universidad pública tiene la obligación de hacer extensión universitaria crítica, que se debe ir más allá de la academia, salir a los espacios donde las personas los necesitan para apoyarles en cómo cubrir sus necesidades de supervivencia y mejorar sus condiciones.
“Debemos caminar a un mismo ritmo hacia un futuro luminoso, y es ahí donde yo siento que la tarea no está hecha, el esfuerzo no hay duda, pero habrá que ingeniar cómo dar más de sí, independientemente de que la edad es traicionera y quizás físicamente no tenemos la misma potencia para el arrojo; pero en tanto podamos, continuaremos llevando a cabo todas aquellas actividades que sepamos que pueden significar salvar una vida, por eso las obras sociales para mí son tan importantes”, destaca.
Aún le falta, dice, continuar publicando, tiene obras de distintas temáticas, como filosofía, sociología, criminología y derecho, que le gustaría dejar como un legado, así como continuar con el desarrollo y evolución de la mediación y de la justicia restaurativa como vías para construcción de la paz social, vías a través de las cuales puedes cambiar la cultura de la violencia, la cultura del acoso y transitar hacia una cultura de paz.
“Por lo menos, dejar encarrilada la viabilidad de quienes vienen detrás de mí o están junto conmigo, y si yo me voy antes, pongamos una hoja de ruta para mostrar al mundo que otro es mejor y es posible y que de nosotros depende convertirlo en realidad”, expresa quien ha sido un gran impulsor de la mediación en México.
Perfil de Jorge Pesqueira
- Es fundador de “La Ciudad de los Niños”, que atiende a menores víctima de violencia física, psicológica y sexual, dependiente de la Comisión de Protección y Asistencia del Menor, A.C. desde 1983. Fundó el Centro de Mediación Familiar y Comunitario, dependiente de la Comisión de Protección y Asistencia del Menor, A.C. en 1998.
- Creó la Casa Hogar “Todos somos hermanos” para niños en situación de calle, dependiente del Comité de Colaboración Comunitaria de México, A.C. en el año 2000. Y su más reciente fundación “Villa Paraíso”, que atiende a personas de la tercera edad en situación vulnerable y víctimas de la violencia.
- Preside organismos no gubernamentales en Sonora como el Patronato de Reinserción Social del Estado y ha sido consejero de distintos centros que ofrecen apoyo a causas sociales.
- Fundador del primer centro educativo a nivel posgrado en Mediación y Justicia restaurativa. Galardonado con múltiples reconocimientos en diversas áreas, sin restar importancia a ninguno de ellos, es de destacar el otorgado en la Ciudad de México por la Comisión Nacional de Derechos Humanos como Recipiendario de la Cátedra Itinerante Nelson Mandela, sobre Justicia Restaurativa.
- Se destaca como conferencista nacional e internacional, profesor invitado a nivel posgrado en distintas universidades tanto públicas como privadas, coordinador de los congresos mundiales y nacionales celebrados en distintos continentes y en México y fue coordinador de Posgrado en Derecho de la Universidad de Sonora.