Con 50 años de trayectoria en la Universidad de Sonora, Francisco Gabriel Denogean Ballesteros, docente-investigador del campus Santa Ana, de la Unidad Regional Norte (URN), es el catedrático activo con mayor antigüedad, por lo que ha sido testigo fiel de los avances en infraestructura, equipamiento y capacitación continua que se brinda a toda la comunidad universitaria.
Denice López Martínez
Recordó que llegó al campus Santa Ana en 1970 como profesor de tiempo completo en lo que fue la Escuela de Administración de Ranchos, y posteriormente ocupó el cargo de coordinador ejecutivo de la Unidad Regional Norte, con cabecera en Santa Ana, por dos periodos, comprendidos entre 1973 a 1982.
“Estoy muy contento y muy orgulloso; la verdad no se me han hecho pesados (los 50 años), lo pesado se ha sentido ahora con este cambio de pichada con la contingencia y el cambio que vivimos con las clases en línea, sí sentí un poco el cansancio, pero por lo mismo que no estaba acostumbrado”, indicó en entrevista.
En el marco del Día del Maestro, “Panchito” Denogean, como lo llaman cariñosamente amigos y compañeros de trabajo, compartió que sin duda uno de los grandes retos como maestro ha sido adecuarse a las nuevas tecnologías y a la educación virtual.
Es investigador de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Administrativas y Agropecuarias, y a lo largo de cinco décadas ha recibido varios reconocimientos por sus servicios en la institución, pero sin duda, la mayor satisfacción es el cariño y respeto de sus alumnos y compañeros de trabajo, sostuvo.
“Hasta ahora que ya paso de los 16 años me siento un poquito cansado, pero a la vez siento que voy empezando en esto”, bromeó.
Dijo sentirse orgulloso y agradecido por el reconocimiento que la Universidad le otorga por sus 50 años, así como a sus compañeros que también están cumpliendo diferentes años de antigüedad dedicado a la preparación de profesionistas.
“Me siento contento y me gusta ser profesor, me siento con cierta libertad para trabajar en las áreas que a uno le gustan, con altas y bajas, como todo; pero en forma general, el balance muy positivo”, indicó quien por cinco décadas ininterrumpidas ha ayudado a engrandecer a la máxima casa de estudios en Sonora.
Alegre, positivo y con ganas de seguir aprendiendo
Con su peculiar alegría y calidad humana, “Panchito” Denogean es unos de los catedráticos más queridos en la URN; dice que en las aulas del campus Santa Ana sigue aprendiendo todos los días de alumnos y compañeros de trabajo, y en estas mismas aulas comparte cada día los conocimientos y la esperanza con las nuevas generaciones.
Es originario de Cananea, Sonora, e ingeniero agrónomo zootecnista de profesión por la Universidad de Sonora, y cuenta con una maestría en Administración por esta casa de estudios, donde actualmente imparte las materias de Ética a alumnos inscritos en los programas de Administración, Derecho y Educación en el campus Santa Ana.
El bachillerato lo cursó también en la preparatoria de la Universidad de Sonora, y luego de ahí pasó a estudiar la licenciatura en la antigua Escuela de Agricultura y Ganadería, de la cual tiene gratos recuerdos, e incluso hasta el día de hoy sigue frecuentando a varios de sus condiscípulos.
“Fue una generación muy buena, donde hice grandes amigos, precisamente el año pasado, en febrero, celebramos los 50 años de haber egresado, casi todos estábamos ahí, y pues estamos en contacto, pero cuando me hablan me da miedo porque no falta qué noticia tengan o si alguien ‘colgó los tenis’”, compartió.
Inició como maestro en el campus Hermosillo, en la Escuela de Agricultura y Ganadería, y al trasladarse en 1970 a la llamada “Llave del desierto” (Santa Ana) continuó como catedrático en las carreras de Administración de Ranchos y Técnico en Contabilidad, que en ese entonces conformaban la oferta educativa del campus Santa Ana.
Denogean Ballesteros ha sido coordinador del Rancho Ganadero de la Universidad de Sonora desde su adquisición, en 1973, ubicado en el municipio de Cananea, donde ha gestionado y supervisado proyectos de investigación en el sector agropecuario, así como su mejoramiento y rehabilitación.
En sus inicios, en 1963, el campus Santa Ana era denominado como Escuela de Técnicos en Contabilidad y Administración de Ranchos, y él fungió como coordinador Ejecutivo durante dos periodos, de 1973 a 1982, y en 1991, una vez que se cambió el término a Director de División con la Ley Número 4, fue el primero en ser nombrado en este cargo durante el periodo de 1991-1995.
También ha fungido como presidente de la Academia de Ciencias Agropecuarias, miembro de la Junta Universitaria y profesor colaborador en la Maestría en Administración en la URN.
El Rancho Ganadero de la Unison
Precisamente una de sus mayores satisfacciones es haber participado en la creación del Rancho Ganadero de la Unison, y se emociona al recordar a cabalidad y con extraordinaria lucidez los detalles de ese proceso, pues la ganadería es un área que le apasiona desde muy joven.
“De hecho, esos terrenos estaban disponibles desde que se hizo la expropiación del latifundio Green (en agosto de 1958), y el secretario general de la Universidad, quien en ese tiempo era Alejandro Méndez Romandía, nos dio luz verde para localizar ese rancho, pues no sabían dónde estaba ubicado, pero como soy originario de Cananea, yo tenía un tanto de conocimiento de eso”, señaló.
Recuerda que su papá (ya finado), por ser unos de los residentes pioneros en Cananea y contar con amistades en el giro de la ranchería, le ayudó con ese proyecto, que empezó desde cero y llegó a prosperar con el paso de los años para proyectos de investigación de alumnos y docentes.
Una de las ventajas que tenía el rancho es que uno de los pozos de la Unión Ganadera de Cananea en esos años estaba dentro de los terrenos, con superficie de aproximadamente 750 hectáreas, dijo.
“Este espacio sirvió para prácticas en su tiempo, y al desaparecer la Escuela de Administración de Ranchos siguió la Escuela de Técnicos de Administración de Campos Agrícolas y Ganaderos, luego surgió la División de Ciencias Administrativas Sociales y Agropecuarias, con la Maestría en Ciencias Agropecuarias… entonces fue cumpliendo su cometido ese terreno, que actualmente es utilizado para la investigación”, aseveró.
Una destacada trayectoria en la investigación
En el 2015 participó juntos a investigadores de Sonora y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en un estudio científico sobre plantas tóxicas para ganado.
En ese proyecto, el grupo de docentes con lo que colaboró dieron a conocer que se visitaron más de 30 predios ganaderos en los municipios de Nogales, Imuris, Santa Cruz, Cananea y Agua Prieta, en compañía de investigadores del USDA y del Laboratorio de Plantas Tóxicas de Logan, Utah.
En este contexto colaboró en la preparación de un convenio de colaboración entre el personal del USDA y la Universidad de Sonora para ampliar el campo del conocimiento y ofrecer soluciones prácticas a los ganaderos de ambos países en busca de ser más eficientes en la producción de ganado y fauna.
Además, del 2008 al 2011 fue presidente de la Sociedad Mexicana de Administración Agropecuaria (Somexaa).
Hay que transmitir “buenas mañas” a los jóvenes
La convivencia con los jóvenes y estar en un área de constantes aprendizaje y buen ambiente de trabajo pese a la sana distancia de los últimos meses, es una de las motivaciones para Denogean Ballesteros.
A sus 74 años de edad, dijo, la mayor fortaleza para continuar con esta noble profesión es su esposa, Ana Luisa, y sus tres hijos: Francisco Manuel, Luis Fernando y José Benjamín, así como sus nietos.
“A las nuevas generaciones me gustaría decirles que les pongamos ganas, lo principal es trabajar con cariño y que te guste lo que haces, porque tenemos por prioridad el futuro de los estudiantes que se están preparando en nuestras aulas y tenemos que pasarles buenas mañas”, puntualizó.